El reciente despido de José Mourinho del banquillo de la Roma ha dejado una estela de controversia ya habitual en la carrera del entrenador luso. «Cuando seáis hombres, devolvédmelo», han sido las últimas palabras que le ha dedicado a los que hasta ahora eran sus jugadores.
Conocido por su carácter exigente y su enfoque ganador, se sintió traicionado por sus jugadores tras su cese, lo que desencadenó un episodio polémico en su despedida.
Después de una crisis de resultados que ha dejado a la Roma alejada de sus aspiraciones europeas, Mourinho ha sido despedido del club capitalino. A pesar de haber logrado éxitos como la Conference League y un subcampeonato de Europa League, su incapacidad para clasificar al equipo italiano para la Liga de Campeones ha sido su talón de Aquiles y lo que finalmente lo llevó a dejar el cargo.
Sin embargo, lo más llamativo del despido de Mourinho fue el gesto simbólico que dejó en el vestuario antes de su marcha. Según informaciones de medios locales, el entrenador portugués colocó su anillo de campeón de la Conference League en la taquilla del capitán del equipo, Lorenzo Pellegrini, acompañado de una nota que rezaba: «Cuando seáis hombres, devolvédmelo«.
Este mensaje, cargado de significado, refleja la profunda decepción y frustración que Mourinho sintió hacia sus jugadores.
El gesto no solo simboliza la sensación de traición que experimentó, sino que también hace que los jugadores sean responsables de su partida del club, o al menos eso cree él, al margen de los pobres resultados.
Ahora, con su futuro profesional en una pausa, las especulaciones sobre el próximo destino de Mourinho estarán en pleno apogeo a medida que comience el baile habitual de banquillos de final de temporada.
Aunque algunas voces apuntan a que podría ser una opción para el Manchester United tras las dudas generadas por Erik ten Hag, nada está confirmado aún.